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El karma en las casas encantadas

¿Por qué se dice que algunas casas están encantadas? ¿Por qué producen algunos edificios una sensación inquietante? ¿Por qué quiebran todos los negocios que se establecen en un edificio determinado, a pesar de cambiar de propietarios o de directores?

Muchas filosofías milenarias atribuyen estos fenómenos al karma de un edificio. Las relaciones entre la humanidad y el entorno son recíprocas. Del mismo modo que las fuerzas de la naturaleza nos afectan a nosotros, igualmente nuestros actos tienen repercusiones sobre el mundo natural, que afecta a su vez a nuestras vidas. En la red del Universo, todas las cosas están entretejidas entre sí, y nuestro mundo está vinculado al mundo de las deidades, así como al mundo de los espíritus de los muertos.
Los edificios son afectados por la influencia de sus habitantes y por las actividades que tienen lugar dentro de ellos. Se dice que algunas casas son "viejas y cansadas", "extrañas e inquietantes" o "cálidas y acogedoras". Nosotros reconocemos que cada edificio lleva su propio karma: los efectos de las actividades que tuvieron lugar en el edificio en tiempos pasados. Estos efectos continúan aun cuando los habitantes de la casa la hayan dejado, y afectarán a la prosperidad de los nuevos inquilinos.

Algunos edificios tienen buen karma, otros tienen mal karma y algunos neutro. Los edificios que tienen buen karma son los que han sido ocupados por individuos honrados y prósperos, por familias felices y llenas de armonía, y por personas virtuosas y de honor. Ninguno de los habitantes de estas casas ha muerto de manera temprana o por un accidente, y ninguno ha cometido crímenes contra la humanidad, contra la naturaleza, ni contra las deidades. El buen karma persistirá en estos edificios para beneficiar a los ocupantes subsiguientes. Cuando un edificio tiene buen karma se mitigarán los factores desfavorables de la carta geomántica, del entorno interno y del entorno externo. Los factores favorables se incrementarán. Pero el buen karma de un edificio puede quedar destruido si sus habitantes actuales se comportan con poca integridad u honradez, o si realizan actividades delictivas o poco éticas.

Los edificios con el karma neutro son aquellos que han sido ocupados por personas cuya prosperidad no aumentó espectacularmente y cuyos actos no tuvieron consecuencias muy destacadas. Estos edificios tendrán poco efecto sobre lo que determinen la carta geomántica, el entorno interno y el entorno externo. En otras palabras, el karma del edificio no es un factor moderador.
Los edificios que tienen mal karma son los que están asociados a la muerte, a la violencia, a los delitos y a la enfermedad. El mal karma de un edi ficio puede neutralizar los factores favorables de la carta geomántica, del entorno interno y del entorno externo, y aumentará la gravedad de los factores desfavorables.
Cuando se elije una casa, por lo tanto, es importante saber por qué dejaron el edificio los inquilinos anteriores, qué tipo de gente era y qué actividades tenían lugar dentro del edificio. Algunas repercusiones kármicas son tan fuertes que los efectos de las actividades anteriores quedan en el solar incluso después de que el edificio se haya derribado. Si se descubre que un edificio tiene mal karma, no es necesario mudarse. Existen maneras de limpiar el karma del edificio de tal modo que las causas de su pasado no surtan efectos en el presente.

 

Pedro Noguchi

"Nunca subas a una balanza porque te pesará"

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